jueves, agosto 28, 2008

Apología de ciertos amores imposibles

Por todas aquellas marionetas sin maestro…

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...enhorabuena.

viernes, agosto 22, 2008

Takk...

Por aquella lluvia q cesó de caer en Oslo al tiempo q bajábamos del autobús del aeropuerto…

Por aquella lluvia q empezó a caer en Oslo al tiempo q subíamos al autobús de vuelta al aeropuerto…

Por aquella chica q se bajó de su bicicleta para ofrecernos su ayuda a las 2 de la mañana…

Por las mágicas vistas durante el viaje en tren de Oslo a Bergen…y viceversa.

Por aquella familia q nos acogió en su coche y nos llevó de vuelta a la ciudad cuando no sabíamos cuándo ni cómo podríamos volver…

Por ese disco de Sigur Rós a 59 coronas…

Por las “tapas” de salmón marinado a pie del puerto de Bergen…

Por haberme enamorado perdidamente de aquella chica de la oficina de turismo…

Por aquel momento respirando a pulmón abierto el aire de Hardanger y disfrutando de sus vistas a solas en la cubierta del barco…

Por no haber visto a nadie corriendo o con prisa durante todo el viaje…

Por las noches de música espontánea en la calle…

Por haberme inyectado este veneno melancólico por querer volver…y por ser un nuevo comienzo de querer inventarme cientos de nuevos “Por” más…


Takk, Noruega.


martes, agosto 12, 2008

From Cicely to Norway

"Mata a Buda y a los patriarcas si te los encuentras", dice un célebre proverbio zen. Contra viento y marea, un servidor sale finalmente en un par de días hacia tierras noruegas en busca de unos 5 días de aire vikingo q me insuflen energía para la vuelta, y así poder cantar a brazo partío q estoy en casa de nuevo.

Así pues, como digo siempre, espero volver de un pieza y al menos con las retinas llenas de fiordos como este!

Ale, god tag y på gjensyn!

jueves, agosto 07, 2008

Pequeña parábola Zen

Buenas noches Cicely. Esta noche quiero contaros una pequeña historia.

...y ahí estaba yo, delante de mi querido mecánico motero después de comerme más de dos semanas de soláncano andando por las calles del Hades (digo de Cicely) a más de 40 grados todos los días. Y qué es lo q me dice? Pues q tiene q cerrar por vacaciones y q no ha podido arreglarle el problemilla del par de relojeros jodidos porque es un tema eléctrico para el q necesita el manual de la moto q ha pedido a yonosédonde, y q va a cerrar por vacaciones, así q me suelta su creativa sugerencia: "si quieres te la llevas ahora y me la traes en septiembre q ya supongo q me habrá llegado el manual", a lo q yo pienso "en serio me está ofreciendo si quiero llevarme MI moto?", q en su idioma tengo q traducir como "Sí, me la llevo y ya si eso te la traigo en septiembre". En fin, q me monto en la moto y digo..."Yo estoy aquí, tú estás aquí, eso es lo importante".

También resulta q después de planear cierta escapada la semana q viene, digamos q por Fiordolandia, Braveheartlandia, y algún sitio más, mi última esperanza como acompañante a semejante trajineo me confiesa q la mosca de la pereza le ha picado y q no se ve con ganas como para perderse por aquellas salvajes tierras. En ese momento sólo me sale un "Oh, vaya". Esa misma noche, pillé un DVD, me tiré al sofá en una postura impronunciable y saqué mi cacho de helaíco de yogur griego con miel y nueces caramelizadas del Mercadona, y una vez q paladeo la primera cucharada, miro la tarrina y solo me sale decir... "Yo estoy aquí, tú estás aquí, eso es lo importante".

Moraleja de la parábola: No sé qué lo q habrás entendido, mi querid@ oyente, pero lo único q te acabo de contar es q acabo de recuperar mi moto y q ayer por la noche me hinché de comer helao. El resto es cosa tuya.

Moraleja de la moraleja: Zen rules.

Hasta el próximo programa!

viernes, agosto 01, 2008

Your hand in mine

“Así como la melodía no se compone de tonos,

ni el verso de palabras, ni la columna de líneas,

siendo preciso quitar y romper

hasta que se ha hecho de la unidad una pluralidad,

así también ocurre con el ser humano al que le digo .

[…] Mientras el cielo del se despliega sobre mí,

los vientos de la causalidad

se aplastan bajo mis talones,

y el torbellino de la fatalidad se detiene.”

(Martin Buber, Yo y Tú)