“Por la noche mirarás las estrellas. No te puedo mostrar dónde se encuentra la mía, porque mi casa es muy pequeña. Será mejor así. Mi estrella será para ti una de las estrellas. Entonces te agradará mirar todas las estrellas... Todas serán tus amigas. Y luego te voy a hacer un regalo...
- ¿Qué quieres decir?
- Cuando mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú tendrás estrellas que saben reir!
Y volvió a reir.
- Y cuando te hayas consolado (siempre se encuentra consuelo) estarás contento de haberme conocido. Serás siempre mi amiga. Tendrás deseos de reir conmigo. Y abrirás a veces tu ventana, así... por placer... Y tus amigos se asombrarán al verte reir mirando el cielo. Entonces les dirás: “Sí, las estrellas siempre me hacen reir”, y ellos te creerán loca. Te habré hecho una muy mala jugada...
- Será como si te hubiera dado en lugar de estrellas... un montón de cascabelitos que saben reir...”