sábado, abril 28, 2007

Y tú me lo preguntas...

Heidegger dijo de la poesía q es el lenguaje q nombra por primera vez las cosas, y yo me quito el sombrero ante semejante afirmación. Y a poco q te cruces con ciertos versos, uno puede darse cuenta de esta espléndida verdad.

Cuando Benedetti dice ("porque tú siempre existes dondequiera/pero existes mejor donde te quiero"), no encuentro forma más esencial de describir tal realidad. Cuando Ángel González mantiene q ("Escucho tu silencio. Oigo constelaciones: existes. Creo en ti. Eres. Me basta."), es imposible pensar en extenderse más. Cuando de Neruda leo que ("Para mi corazón basta tu pecho, /para tu libertad bastan mis alas."), q más se puede decir?

Uno puede recurrir al lenguaje prosaico y escribir detalles y detalles de esto y lo otro, pero jamás podrá alcanzar la intensidad y la fuerza del mágico y atómico lenguaje poético. Su poder de desvelamiento entre tanta maraña ortográfica. Es el eterno misterio de las verdades sencillas o de la sencillez de la verdad. Hay algo en esa manera de manosear el lenguaje q lo hace prometeico, luminoso. "Tu palabra es una lámpara bajo mis pies" decían las sagradas escrituras. El verso es su fuego dice este locutor. Añadamos leña queridos amig@s. Aquí va mi trocito de hoy:

Últimamente me resulta imposible
arañar ciertas palabras
sin que de su herida
no surja un manantial
que arrastre algo que te tenga presente.

Así,
no tiene sentido decir amor
sin que de ello se desprenda
un manojo de recuerdos y rincones
de pequeños pétalos
con tantos olores y colores diferentes
como tristezas cotidianas pueblan
cada uno de los días en que estás ausente.

Sería ingenuo decir amistad
y no pensar en batallas perdidas
en miradas sin respuesta
en un cúmulo de torpes intentos
por negociar pasiones y escándalos
e ignorando a su vez lo más importante,
esto es,
que entre tú y yo,
lo posible nunca fue negociable.

Y aún más absurdo sería nombrarte
y callarse el resto de palabras
que adornan ese divino jardín que es tu nombre
y que forman una gloriosa hilera
de pequeños delirios
que, sin duda, nada tienen que envidiar
a ningún Edén de ningún paraíso
pues qué mayor paraíso
que ser el jardinero que te nombre...

Pero lo que no me es posible
de ninguna de las maneras
es que dichas palabras limiten,
aunque sea geográficamente,
la infinita extensión de tu abrazos
o la eterna cicatriz de tus besos…

Buenas noches Cicely…

1 comentario:

tormenta dijo...

Yo "practico" la prosa... pero todas las cosas de este mundo tan sólo pueden contarse a través de la poesia.
Maravilloso poema Chris.
Un beso y buenos días.