En respuesta a tod@s los q alguna vez me han dicho: ...que vas a hacer qué? Y no te da miedo? Tío, tú estás loco.
A ell@s les dedico la sonrisa q se me ha dibujado como respuesta en tales ocasiones, de cuyo lápiz nunca me cansaré de citar:
"Es el loco que hay en nosotros el que nos obliga a la aventura; si nos abandona estamos perdidos: todo depende de él, incluso nuestra vida vegetativa; es él quien nos invita a respirar, quien nos fuerza a ello, y es también él quien empuja a la sangre a pasearse por nuestras venas. ¡Si se retira nos quedamos solos! No se puede ser normal y vivo a la vez. Si me mantengo en posición vertical y me dispongo a ocupar el instante venidero, si, en suma, concibo un futuro, es a causa de un afortunado desarreglo de mi espíritu. Subsisto y actúo en la medida en que desvarío."
(E.M. Cioran)
3 comentarios:
Creo que esa es una de las frases que más veces he escuchado en mi vida, pero, ¿Qué sería de nuestras vidas si no estuviese ese loco con nosotros?. Tan solo espero que, por lo menos a mi, nunca me abandone.
Un saludo.
Este es el comienzo de una historia maravillosa, "El loco", de Gibran Khalil Gibrán:
Me preguntáis como me volví loco. Así sucedió:
Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras -si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas-; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando:
-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!
Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó:
-Miren! ¡Es un loco!
Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:
-¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!
Así fue que me convertí en un loco.
Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.
Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.
La ratita quería salir a dar un paseo,
"mami, ¿puedo salir a jugar con las flores?"
"no, pequeña, no puedes salir!, aquello está lleno de gatos!"
[...]
Recorriendo un florido prado se encontraba la ratita, cuando ya casi era mayor, cuando se topó con unos extraños humanos. Una madre con su hijo hacían volar una cometa. Se acercó a ellos, sigilosa, cuando la cometa cayó a su lado, en el matorral. Observó a la extraña pareja y les escuchó hablar.
"mami, voy corriendo a por mi cometa, que ha caído en el matorral", dijo el niño.
"no!, pequeño, no!, no te acerques al matorral!, ¿no ves que puede estar lleno de ratas!"
[...]
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