Por aquella lluvia q cesó de caer en Oslo al tiempo q bajábamos del autobús del aeropuerto…
Por aquella lluvia q empezó a caer en Oslo al tiempo q subíamos al autobús de vuelta al aeropuerto…
Por aquella chica q se bajó de su bicicleta para ofrecernos su ayuda a las 2 de la mañana…
Por las mágicas vistas durante el viaje en tren de Oslo a Bergen…y viceversa.
Por aquella familia q nos acogió en su coche y nos llevó de vuelta a la ciudad cuando no sabíamos cuándo ni cómo podríamos volver…
Por ese disco de Sigur Rós a 59 coronas…
Por las “tapas” de salmón marinado a pie del puerto de Bergen…
Por haberme enamorado perdidamente de aquella chica de la oficina de turismo…
Por aquel momento respirando a pulmón abierto el aire de Hardanger y disfrutando de sus vistas a solas en la cubierta del barco…
Por no haber visto a nadie corriendo o con prisa durante todo el viaje…
Por las noches de música espontánea en la calle…
Por haberme inyectado este veneno melancólico por querer volver…y por ser un nuevo comienzo de querer inventarme cientos de nuevos “Por” más…
Takk, Noruega.
1 comentario:
Dios!! que extraña envidia jajajaj lo del salmón me ha dejado con ganas de meter un bocao aunque sea a una lata de atún.
Que bonito que hayas vuelto, que bonito leerte, que bonito que seas así.
Bonito del norte ;P
Besosssssssssssss Extraño, guapo!!
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